Proyecto : Nutriendo el futuro un enfoque integral para fortalecer la salud nutricional de los niños y niñas de 2do a 5to año de la escuela de Educación Básica García Moreno del barrio San José del Batán, parroquia Yaruquies, cantón Riobamba.

Lic. Susana Sagñay

La Escuela de Educación Básica “García Moreno” fue fundada alrededor del año 1940 como una institución unidocente, bajo la dirección de su maestro fundador, el profesor Miguel Vinueza, oriundo de la parroquia Yaruquíes. Con el paso del tiempo y el aumento progresivo de estudiantes, se incorporaron dos maestros adicionales, transformándose en una escuela pluridocente. A lo largo de los años, la institución ha experimentado un crecimiento continuo, tanto en el número de docentes y estudiantes como en la calidad educativa. En la actualidad, cuenta con un equipo de profesionales altamente capacitados y una infraestructura óptima para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten desafíos que afectan el bienestar de los estudiantes, entre ellos, la malnutrición. La malnutrición es un problema crítico de salud pública a nivel global, nacional y local. Su impacto es profundo y multidimensional, afectando no solo la salud integral de los niños, sino también la estabilidad económica de las familias y el país La nutrición en la primera infancia es un pilar fundamental para el desarrollo integral, ya que influye directamente en el crecimiento físico, el desarrollo cognitivo y el bienestar general de los niños y niñas. En este contexto, el proyecto "Nutriendo el Futuro" surge como una iniciativa clave para mejorar la salud nutricional de los estudiantes de 2.º a 5.º año de la Escuela de Educación Básica “García Moreno”.

El debate para la planificación de proyecto de vinculación inicio con la participación de la Lic. Susana Sagñay en el que se dio a conocer el diagnóstico situacional de la escuela “García Moreno” del barrio El Batán, en el que se evidenció importantes desafíos nutricionales en los niños y niñas, entre ellos: hábitos alimenticios inadecuados, bajo consumo de alimentos nutritivos y escasa educación en salud alimentaria tanto en la escuela como en el hogar. Estos factores han contribuido a que un porcentaje de niños y niñas presenten signos de malnutrición, afectando su rendimiento académico y su desarrollo integral. 

Información que permitió, analizar diversas estrategias para abordar esta problemática, entre ellas, se destacó la capacitación a niños y padres de familia sobre la importancia de una dieta equilibrada en la infancia, desarrollo de prácticas culinarias con alimentos nutritivos de la zona. Proponiendo además la realización de evaluaciones periódicas del estado nutricional de los estudiantes mediante fichas de seguimiento y escalas estandarizadas. Esta estrategia, planteada como un eje clave de sostenibilidad.

 

Los resultados obtenidos de la ejecución del proyecto fueron: Se diagnosticó el estado nutricional de 83 niños mediante medidas antropométricas y el uso de curvas de crecimiento del Ministerio de Salud Pública. Identificando casos de sobrepeso, obesidad y tendencias a bajo peso, lo que permitió implementar estrategias nutricionales adecuadas para los niños.

El uso de la aplicación móvil «Macroinventor» facilitó el cálculo de los requerimientos nutricionales individuales de los niños, considerando su sexo, edad, peso y talla, gracias a ello, pudieron acceder a una dieta más equilibrada y adaptada a sus necesidades específicas.

Los niños beneficiarios y padres de familia participaron en capacitaciones sobre alimentación saludable y actividad física para lo cual se utilizó material didáctico adaptado, como la «cuchara saludable» juegos tradicionales y recursos visuales para reforzar el aprendizaje. Estas actividades motivaron cambios positivos en los hábitos alimenticios familiares.

El fomento de hábitos alimenticios se realizó mediante la organización de talleres culinarios con la participación activa de 20 madres de familia, donde se enseñó a preparar recetas nutritivas con productos locales permitiendo integrar prácticas culturales y económicas propias del entorno a la alimentación infantil.

El seguimiento se realizó mediante la aplicación de fichas de seguimiento tipo “Mi Diario Alimentario”, permitiendo verificar el consumo de una gran variedad de alimentos, lo que confirma el inicio de una adopción de adecuados hábitos alimentarios en los niños y familiares.